Si estás pensando cómo ayudar a tus hijos a mejorar aquella caligrafía deficiente o cómo incentivarlos a escribir con ganas durante las horas de estudio en el colegio, te vamos a dar algunos consejos para que emplees la grafomotrocidad en su evolución educativa.
¿Qué es la grafomotrocidad?
La grafomotrocidad es el “desarrollo motor fino”, aquella capacidad de controlar bien los movimientos del cuerpo, en especial de las mano y brazos, que desarrollamos los seres humanos.
Así, si ayudas a tu hijo(a) a interiorizar la forma en la que se mueven un brazo y una mano, este podrá conseguir una calidad de letra excelente. En este proceso de aprendizaje intervienen aspectos cognitivos, afectivos y psicomotores.
¿Cómo practicas la grafomotrocidad?
Si tu pequeño ya es capaz de coordinar los sentidos de la vista y el tacto, puedes comenzar a darle ejercicios para mejorar su caligrafía y velocidad. Puedes iniciar el proceso con estas acciones:
- Manipulación de objetos: El niño(a) puede desarrollar su capacidad motriz cogiendo objetos como esponjas, tizas, pinceles o lápices.
- Aprender la forma de desplazarse en el universo gráfico: Enséñale a tu hijo(a) a realizar sus primeros trazos de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo.
- Primeras letras: Puedes enseñarle a tu pequeño(a) a realizar movimientos para construir sus primeras palabras.
Lo ideal es introducir al niño en la grafomotrocidad y acostumbrarlo al movimiento de los dedos y manos.
Otras acciones que puedes tomar:
- Encuentra la forma de animarlo(a): Por ejemplo, puedes decirle para “dibujar una casita” o algo que motive al niño(a) a realizar estos ejercicios.
- Asegura un ambiente seguro.
- Ten paciencia y repite las lecciones las veces que sea necesario.
¿Qué ejercicios puede realizar tu pequeño(a)?
- Hacer gestos con la mano según la letra de una canción.
- Imitar movimientos de animales.
- Abrir y cerrar los dedos de la mano con alguna frecuencia en particular.
- Tocar cada dedo con el pulgar de la mano.
- Desenroscar tapas.